La incertidumbre respecto a la difícil situación macroeconómica del país y los diferentes tipos de cambio a los que se comercializa la cosecha de los productores, llevó a que las ventas de soja se encuentren casi paralizadas, sobre todo en lo que respecta a los negocios con contratos «forward» (futuros), llevando los volúmenes comercializados a niveles mínimos en casi una década.

Según el vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Javier Rotondo, esta situación se explica por dos cuestiones. Una de ellas tiene que ver con los diferentes tipos de cambio que existen para pagar por la mercadería de los productores. Por ejemplo, en la comercialización de la producción disponible (los granos físicos en el momento) se utiliza un tipo de cambio que surge de la combinación del valor del dólar oficial con el contado con liquidación (CCL), mientras que para los contratos a futuro, solo se utiliza en valor del dólar oficial, lo cual genera una marcada diferencia entre ambos.

Javier Rotondo, vicepresidente de CRA

En diálogo con País Productivo Radio, Rotondo dijo que esto explica «la cantidad tan baja de forwards y de contratos fijados, por ese diferencial del tipo de cambio con ese mix. Si bien ahora es 80/20, antes era 50/50. Son todas distorsiones que ante la situación al productor lo hacen ser muy cauto».

Pero también Rotondo señaló que «ante una economía aún enferma, todavía con inflación en dólares de nuestros insumos y ante el escenario de baja por múltiples factores internacionales que estaban sufriendo los commodities, el productor decide esperar y busca anclarse en su única moneda de cambio para enfrentar situaciones más seguras, que es, estoy por cosechar, en vez de hacer un forward, en vez de ya fijar mi posición, espero tener la mercadería física y veo qué hago».

«Indudablemente que ha cambiado un poco la modalidad producto de la coyuntura del país y de todo lo que estamos viviendo. Esto hace que el productor tenga, esto es lo más importante de todo, moneda de cambio, su posibilidad de decir ‘che, desensillen hasta que aclare’, para que la gente lo entienda», agregó.

No obstante, descartó que este nivel de comercialización continúe así una vez obtenida la cosecha. «No hay que olvidarse que tenemos un productor terriblemente desfinanciado, en la peor campaña de los últimos 40 años que necesita cubrir mucha deuda del ciclo anterior. Por lo tanto, ese escenario, con una corrección de rindes por lo que no vamos a tener super cosecha, el productor va a estar necesitado de vender porque va a tener que cubrir deudas y va a tener que cubrir deudas de insumos de esta campaña, porque ya quedó desfinanciado. No va a ser tan a cuentagotas la liquidación. Yo creo que indudablemente hay una necesidad de venta porque hay un productor desfinanciado, con un escenario realmente complejo».

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